Cuentos sinceros

Tito: El gato milagroso

por Alex De Cort en Sep 29, 2021

Picture of a grey cat standing up straight leaning and lurking over a chair

Este es Tito, aunque lo llamamos Titi.

Esta belleza apareció en la puerta de Sandra en una mañana lluviosa de verano dentro de una caja. Debía tener unos 40 días, según el veterinario.

Titi era un gatito muy cariñoso y juguetón pero tenía un problema... no podía mover las patas traseras ni controlar el control de esfínteres. No se sabe qué le pasó, pero algo debió aplastarle la cadera causándole este daño.

Cuando el veterinario lo vio, recomendó sacrificarlo. "Este gato nunca va a poder caminar", dijo. Sandra no iba a darse por vencida tan rápido.

No tenía dinero para pagar el tratamiento del nuevo miembro de su familia, pero tenía un gran corazón. Todos los días, dos veces al día, durante meses Sandra hizo ejercicios de movilidad en sus piernecitas, ejercicios que le había enseñado un médico del hospital donde trabajaba.

Poco a poco, Titi comenzó a ir sola al baño, luego a caminar y a los pocos meses la gatita ya corría por todos lados en su nuevo hogar.

Pasó el tiempo, el gatito fue creciendo y cobrando fuerza aunque nunca logró saltar como un gato normal. Sandra a veces lo veía con dolor, y también le temblaba un poco la pierna sin motivo alguno. Queriendo ayudar a su amiguita, comenzó a investigar nuevos ejercicios y remedios naturales. Le preguntó a sus amigas del hospital, quienes le recomendaron remedios que a Sandra no le convencieron.

Hasta que una tarde se reunió para charlar con una amiga a la que hacía años que no veía, quien le comentó que sufría de dolores en los huesos y su médico le había recomendado tomar unas gotas de aceite de CBD por la mañana. Estas gotitas hicieron que el dolor de Laura se detuviera.

Sandra descubrió más tarde, investigando en Internet, que este aceite también se podía usar en animales. Ella leyó que no tenía efectos secundarios graves como los medicamentos. Esto último fue lo que la convenció.

Titi comenzó con una pequeña dosis de aceite de CBD y, en unas pocas semanas, estaba lleno de energía como nunca antes. Era un gatito feliz.

¡Los milagros existen y Tito es uno de ellos!

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